Fue desarrollado por la académica Myriam Espinoza, de la Escuela de Teatro UV.

En la Sala Negra de la Universidad de Valparaíso se realizó el estreno de la obra “Vivamos hasta que baje el telón”, del taller de teatro “Personas grandes con experiencia de vida”, conformado por adultos mayores del Gran Valparaíso y desarrollado por la académica Myriam Espinoza, de la Escuela de Teatro UV. El espacio de formación se llevó a cabo durante el primer semestre, en colaboración con el Centro Gerópolis UV.

La obra, basada en el cuento “El portero del prostíbulo”, del escritor Jorge Bucay, retrata la historia de una persona mayor que debe enfrentar la cesantía y la exclusión social. “El cuento tiene dos elementos que nosotros necesitamos resaltar: que el adulto mayor es una persona capacitada para pensar, crear, trabajar y compartir, pero tiene pocas oportunidades en una sociedad como la que vivimos hoy en día. El cuento es muy importante porque demuestra que con el ingenio y creatividad de este adulto mayor, portero del prostíbulo, se puede llegar donde quiera”, indicó Myriam Espinoza.

Por otro lado, la docente se refirió a los resultados de su primer taller con personas mayores: “Rescato fundamentalmente lo que significó para ellos y ellas hacer teatro, lo pasábamos muy bien y eso es lo que más me gustaba, a veces empezábamos los ensayos bailando, nos reíamos mucho. Valoro su responsabilidad, disciplina, memorización, no querían sólo improvisaciones, querían memorizar textos. Yo también soy una persona grande con experiencia de vida, así que fue una gran oportunidad para compartir con mis congéneres”, expresó.

Envejecimiento activo

Este espacio de formación surge luego de que Myriam Espinoza participara como profesora en la última versión de la Escuela de Verano “Los mayores a la universidad”, organizada por el Centro Gerópolis UV. Su directora ejecutiva, Viviana García, destacó el trabajo realizado por la académica y sostuvo que “esta iniciativa nos permite hacer varias reflexiones, una tiene que ver con el concepto de envejecimiento activo como el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar, potenciando las habilidades e intereses de las personas mayores”.

Agregó que todavía existe una imagen del adulto mayor asociada a la fragilidad, pasividad y dependencia, “pero viendo los porcentajes, esa imagen no representa a las personas mayores de hoy en día, que a los setenta u ochenta años asisten a diferentes actividades; muchas veces no tienen la oportunidad, pero sí muchos deseos de participar y aprender”, afirmó.

Según Marysia Fernández, integrante del taller, “el teatro requiere de mucha disciplina. La profesora tenía una constante preocupación por el respeto y de no pasarnos a llevar, tuvo mucha delicadeza y paciencia, porque somos todas personas mayores, todas caciques, entonces nos cuesta a veces recibir órdenes e indicaciones. Fue una oportunidad para ir venciendo miedos y reírse de uno mismo”, indicó.

Sergio Rebolledo, quien participó en el curso junto a su esposa Berta Melo, manifestó que “el taller fue excepcional. Es bueno que a nosotros los adultos mayores se nos den espacios para desarrollar habilidades que quizás uno ni sabe que las tiene, sirve mucho para mantener la mente ágil. Nos gustaría seguir adelante con este grupo, ojalá podamos presentar la obra en otros lugares, porque esto nos ayuda mucho a estar activos”.