Las participantes están vinculadas al Centro Gerópolis UV. 

En el marco de la asignatura Psicología de Grupos, académicas y estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad de Valparaíso imparten un taller de teatro espontáneo a mujeres mayores vinculadas al Centro Gerópolis UV. La iniciativa busca propiciar un espacio de encuentro intergeneracional y fortalecer la capacidad de expresar emociones a través de distintas herramientas teatrales.

El taller es dirigido por las docentes Marcela Inzunza y Yani Núñez, con el apoyo de las alumnas de la mención Didáctica Teatral Elizabeth Beltrán, Javiera Cantillana, Valeria Fernández, Dayan Gysling y Katalina Oyarzo.

Marcela Inzunza indicó que “nuestro principal objetivo tiene que ver con generar un espacio para que las participantes puedan expresar sus emociones, sentirse cómodas y compartir experiencias con otras mujeres; ver en qué nos parecemos y en qué nos diferenciamos. Tuvimos una muy linda sesión, la primera de cuatro”.

En relación a la primera sesión, Yani Núñez sostuvo que fue una oportunidad de encuentro, descubrimiento y reflexión en torno a distintas temáticas, “saber qué significa para ellas participar en Gerópolis y por qué tomaron la decisión de formar parte de una actividad como esta. De alguna manera, dio luces de un proceso ascendente que implica pasar del sometimiento a la libertad, del encierro a un abrirse”, detalló.

Por otro lado, manifestó que “el expresar es una fuente también de salud, en estos grupos a veces los espacios de expresión y comunicación no son tan habituales, expresar los dolores y las alegrías con los pares es muy importante”. Al respecto, Marcela Inzunza agregó que “como profesoras, compartimos la idea de que el teatro es transformador”. 

Aprendizaje mutuo 

Para Patricia Guerra, una de las participantes del taller, la experiencia fue “buenísima, tan fácil, sencilla y concreta, me voy feliz y llena de energía. Estaba muy nerviosa, incluso me arrepentí de haberme inscrito en el taller, porque soy tímida y tengo mucho temor al ridículo. Pero luego pensé que a mi edad tengo que empezar a romper mitos y esquemas. Gracias por lo que están haciendo por nosotras, antes no existían estos espacios, cuánta gente se quedó en el camino, mi madre, mis hermanas mayores. Estoy muy contenta y agradecida”. 

En tanto, la alumna Javiera Cantillana señaló que la actividad “me pareció muy gratificante y enriquecedora, de aprendizaje mutuo entre generaciones. Varias adultas mayores me comentaron sobre la necesidad de intercambiar experiencias con las nuevas generaciones y del aprendizaje que pueden obtener de nosotras, no están cerradas a que ellas tienen la verdad, están muy interesadas en conocer nuestras opiniones y, obviamente, están seguras de que ellas también tienen mucho que decirnos y enseñarnos”.