La violencia hacia las mujeres mayores en Chile
La Organización de las Naciones Unidas establece el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
El organismo internacional define la violencia contra la mujer como “una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre la que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas”, lo que se acrecienta aún más al tratarse de mujeres mayores.
Un estudio realizado por HelpAge International “Tenemos los mismos derechos. ¿Qué dicen las mujeres adultas mayores sobre su derecho a la no discriminación, a la igualdad, a vivir libres de violencia, abuso y negligencia en la vejez?”, muestra cómo, en todo el mundo, las mujeres mayores se enfrentan a discriminación en múltiples áreas, como el empleo, la atención médica, servicios financieros, programas de desarrollo y disposición de la propiedad.
En el estudio participaron 250 mujeres mayores de 19 países, quienes identificaron prácticas discriminatorias y nocivas hacia personas mayores, las cuales son particularmente fuertes contra mujeres viudas o solteras, mujeres mayores en situación de discapacidad, mujeres campesinas y migrantes. Estos resultados se suman a la doble discriminación con la que conviven las mujeres mayores debido al edadismo, lo que agudiza los estereotipos y la marginación.
Viviana García, directora ejecutiva del Centro Gerópolis UV se refiere a este importante día:
“La discriminación y violencia de género afecta a mujeres y niñas en diferentes lugares y no diferenciando por clases sociales. Lo que si sucede es que muchas veces se mantiene oculta, como suele pasar, especialmente, con las mujeres mayores que son quienes viven más años, pero en peores condiciones y en las que ésta se perpetúa implicando un gran impacto en su salud física y mental. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad como institución pública, relevar y visibilizar estas realidades, pero también comprometer nuestras energías en educar y erradicarla”.
Una mirada nacional a la violencia contra la mujer
La Subsecretaría de Prevención del Delito, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública ha desarrollado la “Encuesta de Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales” desde el año 2008, contando con tres aplicaciones (2008, 2012 y 2017). Para el año 2020 la medición se hizo bajo el título “IV Encuesta de Violencia Contra la Mujer en el ámbito intrafamiliar y otros espacios” (ENVIF-VCM), con el fin de contar con una medición específica y sistemática sobre violencia contra la mujer, lo que permitirá orientar políticas de prevención y control en esta materia.
La encuesta que fue realizada meses previos a la pandemia, arrojó una muestra donde indica que, de 6.775 casos en las 16 regiones del país, muestra que aproximadamente 2 de cada 5 mujeres (41,4%) declaran haber sido víctimas de violencia alguna vez en su vida; particularmente de violencia psicológica.
En el caso de las mujeres mayores en Chile, La Red Chilena Contra la Violencia Hacía Las Mujeres en el artículo “Mujer, Vejez, Exclusión” escrito por la periodista Adriana Gómez, indica que entre los años 2000 y 2050 se duplicará en el mundo la proporción de los mayores de 60 años, que crecerá del 7% a más del 16% de la población total. Asimismo, las mujeres de 60 años y más, en casi todos los países superan hoy en número a los varones. Es lo que se conoce como feminización de la vejez.
Tomando de referencia estos resultados, se plantea que las principales desventajas las viven las mujeres mayores que viven en soledad, sea porque son viudas, separadas o no han tenido pareja, enfrentando a menudo más pobreza que los varones, debido a la escasez de recursos para subsistir. En cuanto al trabajo, las mujeres mayores no tienen iguales oportunidades que los hombres si quieren seguir en la fuerza laboral activa. Enfrentan, además, una persistente brecha salarial de género: se ha comprobado que las adultas mayores que sí trabajan ganan un 30,3% menos que los hombres de su edad por el mismo trabajo.
En el ámbito de la salud, si bien es sabido que las mujeres viven más que los hombres, también enferman más y su calidad de vida es peor en la vejez. O sea, viven más, pero viven peor. Sus morbilidades resultan de largos años de desatención a sus necesidades específicas de salud, mala nutrición, repetidos embarazos, partos y abortos, desgaste emocional y vivencia de violencias, etc.
Por último, las mujeres en edad madura enfrentan una invisibilización de tipo ideológico y cultural. En un mundo donde el principal valor social de la mujer y su misma identidad han sido definidos en términos de su potencial reproductivo y de su atractivo sexual, hay enormes dificultades para aceptar el envejecimiento como proceso natural del ciclo vital puesto que la sociedad castiga a las mujeres con especial fuerza. Un estigma que recae sobre la vejez femenina y no así la masculina.
Fuentes: