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Memoria Viva: María Elvira Sánchez “Una vida dedicada a la dirigencia y participación social”

7 de Agosto 2023

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En el tejido de la sociedad, existen personas que brillan con un propósito noble: guiar, empoderar y transformar. En el corazón de este entramado de liderazgo y compromiso, encontramos a Elvira Sánchez, una mujer oriunda de Laguna Verde que ha iluminado el camino de la dirigencia social en beneficio de las personas mayores.

En el día del dirigente social y comunitario que se conmemora este 07 de agosto. Acompáñanos a conocer su historia, donde las hebras de la dirigencia y la sabiduría de la edad forman parte de los momentos más importantes de nuestro país.

María Elvira, cuéntanos un poco sobre tus orígenes y cómo fue tu vida antes de dedicarte a la dirigencia social y comunitaria

Bueno, yo me llamo Elvira Sánchez Meza, en verdad soy conocida como María Elvira, porque yo usé en las redes sociales el nombre de mi abuela. Entonces la gente me llama María Elvira. Crecí justamente acá en Laguna Verde, porque mi papá trabajaba en Chilectra y de allí me fui formando como la mayoría de las personas del sector.

Estudié en el Liceo N°1 de niñas y cuando egresé no tenía muy claro lo que quería estudiar. Fui más o menos buena alumna, así que cuando escogí estudiar pedagogía mi mamá lloró mucho tiempo. Le desespero mucho porque ella intuía que iba a ser una carrera que iba a ser mal pagada. La verdad de las cosas es que yo tuve un gran éxito profesional, porque luego estudié orientación en la universidad, así que tenía otro sueldo porque tenía otro grado académico.

También después estudié administración y fui jefe técnico y en esa carrera finalmente me desempeñé durante gran parte del tiempo hasta jubilar. Soy casada, tengo 79 años, tengo tres nietos de mi hija menor y una bisnieta a la que adoro.

¿Cómo comenzó tu trayectoria como dirigenta social y comunitaria?

Cuando yo jubilé estuve dos años en la casa leyendo, disfrutando, así que no hice nada y después de casualidad leí un anuncio que había en la que la Diócesis de Valparaíso y asistí a un curso, fue un curso más o menos intenso que hizo mi amigo Mario Noguer, un trabajador social muy habiloso, y de ahí la directora me pidió que hiciera un trabajo de grupo.

La cosa es que la directora de la Pastoral Social que había en ese momento me ofreció si yo quería colaborar y yo le dije que bueno, de ahí partí y me desarrollé fuertemente.

A lo largo de tu vida como ¿cuál consideras que ha sido tú logro más significativo?

Me es un poco difícil seleccionar uno. Pero yo creo que hice un buen trabajo en la Pastoral Social, porque los clubes de adultos Mayores y de la Pastoral Social de ochenta habían llegado a ser veinte y siguieron siendo veinte, pero hubo mucha activación social. Hicimos en realidad muchos cursos de liderazgo allá y así fue como conocí a al Consejo Ejecutivo Mixto de Gerópolis.

Ahí los conocí porque partí a la Universidad de Valparaíso a pedir apoyo para que me hicieran las clases y eso fue lo que logramos. Hubo muchas clases de psicología, de sociología, de las matronas que nos hicieron clases, no solo a los presidentes de esos clubes, sino que en esos veinte clubes iba toda la gente que quería y yo creo que con ellas sí sembré una buena participación, porque ellas siguen siendo hoy en día grandes líderes.

Líderes no de la Iglesia, pero están trabajando en la Municipalidad, pero a mí no me importa eso, son católicas que andan trabajando afuera y está bien, ¿no te parece? Tengo confianza que prontamente el actual director Leonardo Córdova convocará a los clubes de personas mayores que funcionan en las parroquias para que se reactiven. 

Bueno, y esa experiencia, en conjunto con la académica me sirvieron para trabajar en el Consejo de Dirigentes Sociales de Adultos Mayores, cuya sede está en la diócesis de Santiago. Y posteriormente me sirvió para integrar el Consejo Ejecutivo Mixto de Gerópolis.

¿Qué pensaste la primera vez que entraste al Consejo Ejecutivo Mixto de Gerópolis?

Mira, me encantó porque el primer encuentro que tuve fue con la directora, con Viviana García, porque fui para allá a decirle esto, que necesitaba una gama de profesionales. Porque yo no quería que fueran los alumnos,   yo quería que fueran los catedráticos. Después me di cuenta porque uno va aprendiendo, que era bueno que fueran los estudiantes para hacer las actividades, porque ahí se producía la intergeneracionalidad.

Y además que ahí estaba sembrando una semilla importante para el futuro, porque esos profesionales aprendían cómo tratar a las personas mayores. Porque entremedio explicamos el lenguaje que no queremos que utilicen con nosotros, que no nos traten de abuelita, ni la viejita, sino que realmente nosotros somos personas mayores. Entonces ahí aprendí y tuve esa buena impresión, porque aprendí mucho de Viviana, en su forma serena, tranquila, pero a la vez sólida de presentar Gerópolis.

Me encantó la forma en que trabajaban y ella no me dijo, no me invitó, sino que tuvimos una larga conversación tranquila, como la que estamos teniendo ahora, tal vez en muchos momentos ella o yo no salimos del centro, pero fue una forma muy linda de conocernos. Así que ella accedió en lo que yo le pedí y después un día que estaba justamente en la pastoral suena mi celular y era Juan Pinilla, integrante del Consejo Ejecutivo Mixto para hacerme la invitación.

Sabemos que has dedicado décadas a esta causa ¿cuál ha sido el momento más desafiante en tu trayectoria como dirigente social?

En esos años, mi mayor trabajo lo hacía en CODISAM, donde nosotros trabajamos mucho por la aprobación de la Convención de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, porque Chile no lo había aprobado.

Entonces trabajamos fuertemente ahí, impulsando actividades, fuimos al Congreso, siendo recibidos en dos oportunidades. Insistimos en el mundo político para que nos apoyaran y fuera finalmente ratificada por Chile la convención, que hoy en día cuenta con once acuerdos, entonces es mucho lo que se avanzado.

También esas actividades me permitieron ser un poco más conocida. Por ende, en dos ocasiones he participado con el Ministerio de Justicia del Perú en el área de adultez mayor. Participando también como expositora, expuse que en una convención que hicieron ellos en la Universidad de San Marco y hubo dos representantes de Chile, un médico y yo, y entonces yo creo que, de alguna manera, supongo que he ido sembrando alguna huella porque por algo me invitan a dichas instancias.  

¿Cómo lo integras en el cotidiano?

Siempre que hablo con una persona mayor, me gusta asegurarlo, asegurarle que lo está haciendo bien, que puede participar, que puede aportar, que su presencia, aunque no hable es un aporte, porque la etapa de la adultez mayor en general es de soledad.

Hay muchos adultos mayores que llegan a esta edad viudos, pero en muchos casos llegan separados. Increíble, porque en nuestra época no se usaba que los matrimonios se rompieran, pero hay personas que llegan al divorcio,  entonces tienen una vida de mucha soledad y por eso a mí me importa motivarles a que se integren a un club de adulto mayor.

¿Elvira, cómo ha sido para ti el proceso de reconocerte como una persona mayor?

Mira, yo estuve varios años sin identificarme como persona mayor, porque jubilé a los 62 años y como yo en realidad no tuve un trabajo tan demandante como tienen los profesores que trabajan en sala no lo vi venir tan luego. El trabajo de sala que yo hice, lo hice en INACAP, entonces era con cabros grandes que se manejan bien y fue un periodo sumamente corto.

Entonces encuentro que yo no sabría decirte la edad, pero creo que como a los 65, a los 67 años más o menos, yo empecé a darme cuenta y a llamarme adulta mayor con toda naturalidad. Por lo tanto ¿Qué es lo que ahora hago Cuando la gente me invita? Digo yo me llamo Elvira Sánchez y tengo 78 años, o ahora diré 79.

Pero claro, esa decisión no fue a la edad que corresponde, porque como mujer yo debería haberme presentado como adulta mayor a los 60 años, pero como que no me sentía adulta mayor, no tomaba conciencia, no lo consideraba necesario.

¿Cómo se fue integrando ese proceso al cotidiano?

Mira en la familia fue muy fácil porque tanto mi hija como mi nieto, que tengo tres nomás, altiro como que me identificaron como abuela y de ellos soy abuela orgullosa y me gusta que me digan abuela, me encanta, así que con ellos fue fácil. Lo que sí, no acepto que otras personas me digan abuela menos abuelita, pero abuela tampoco.

Con cordialidad también le digo a la gente no me digas tú abuelita ni abuela, porque tú no eres mi nieto, pero sí eres mi amigo. Lo acepto bien. Yo he tomado bien el hecho de ir terminando la vida, nadie se ha quedado para siempre en este mundo, nadie se queda para siempre. Entonces, es necesario asumir que estamos llegando a la última etapa de la vida y yo quiero vivirla de la mejor manera posible.

Llevándolo a la política pública ¿Cuál es tu opinión respecto a las gestiones que se han hecho a lo largo de los diferentes gobiernos en las temáticas asociadas a la vejez, el envejecimiento y las personas mayores?

Nosotros como dirigentes y dirigentas consideramos que sí se han hecho cosas. No podría negarlo, pero para nuestro gusto han sido absolutamente insuficientes. Y nosotros creemos que esa insuficiencia se debe a que nosotros no tenemos la posibilidad de huelga, por ejemplo, o la posibilidad de hacer reclamos masivos que se han hecho igualmente insuficientes, porque hay muchas personas que ya no tienen la capacidad para andar trajinando por las calles y estar horas parados reclamando algo.

Hemos reclamado, pero no con toda la fuerza. Y además piensas tú que nosotros pensamos que las personas mayores que estamos organizadas y que estamos en el activismo político, somos más o menos un 30% del total. El resto de las personas mayores dicen a que voy, si no me interesa, no me van a hacer caso, estamos viejos, no van a cambiar nada. Sino cambian para la gente joven, menos se van a preocupar de nosotros. Tienen una decepción aprendida, de manera que limitan su participación.

 Yo creo que de todas maneras los gobiernos están en deuda con las personas mayores. Para empezar, el tema de los sueldos, porque el presidente Boric lo ha lo ha mencionado muchas veces el tema de mejorar las pensiones, el tema de las pensiones y esa es una deuda realmente fuerte, porque los que hoy en día somos personas mayores nos tocó trabajar fuertemente en un periodo muy difícil, porque hay que asumir que en la época de la dictadura Chile existía un deterioro económico muy fuerte. Porque el país estuvo aislado del resto de los países, entonces se movía en esta economía no más y se vivía con muchas limitaciones. Esa era nuestra realidad.

Con el paso del tiempo ¿Crees que las personas mayores están más organizadas?

Hay un movimiento. Reconozco que hay muchas personas, como ya mencioné antes, que no tienen ningún interés en participar, que no los motivas de ninguna manera, pero sí hay un compromiso, hay un activismo que yo creo que sí se nota, es evidente.

Y fíjate que yo creo que las universidades han hecho ese aporte, no sólo la Universidad de Valparaíso, sino que por ejemplo la Universidad Viña del Mar, con los numerosos talleres que ellos han formado, también han formado de alguna manera los liderazgos, porque ellos hacen talleres de diferentes asignaturas y expresiones artísticas. Eso entrega una seguridad a las personas para formar sus propios clubes de adultos mayores y esos clubes se transforman de cierta forma en un punto de partida.

Ahora si repasamos tu curso de vida ¿Qué herramientas le podría heredar la Elvira de hoy a la Elvira de hace 50 años atrás?

Mira, yo creo que la juventud de hoy en día tiene muchas más herramientas de la que tuvimos nosotras, muchas más. Y yo no sé si la juventud de hoy está consciente que los profesionales que hoy día estamos en la dirigencia política o en la dirigencia comunitaria carecimos de herramientas fundamentales como la tecnología.

Por de pronto todas las facilidades que hoy día tienen, por ejemplo, los colegios y las universidades que están logrando llegar a créditos fiscales, que nosotros no lo tuvimos. Por ejemplo, si nuestros padres no hubieran tenido los medios para pagarnos la carrera, no hubiéramos podido llegar a la universidad, porque por lo menos a mí me tocó ingresar justamente el año en que se retiró la universidad gratuita para todos.

Porque antes era gratuito, pero después se empezó a pagar. Entonces me hubiera gustado tener las herramientas de créditos fiscales, pero sobre todo las del mundo tecnológico. Pues imagínate hoy en día poder tener Internet, cómo estudian los chiquillos hoy día, cómo se mueven los dirigentes sociales hoy teniendo contacto con miles de personas.

En el transcurso de tu trayectoria en la dirigencia ¿hubo algún momento en el que enfrentaste dificultades?

La verdad es que si, en CODISAM que es una organización tan regalona para mí, donde participan dirigentes sociales de Arica a Punta Arenas, tomé la decisión de retirarme en algún momento de ella.

Habiendo tenido un papel muy importante, me retiré porque yo consideré que en realidad estábamos perdiendo el norte, que las reuniones eran un chacoteo, que se contaban anécdotas y no íbamos a lo central ¿Qué pasa con las personas mayores en tu región? ¿A quiénes convocan, qué liderazgos vas incluyendo?

En ese retiro, yo también hice algo malo, porque yo no quise explicarle al presidente de por qué yo me retiraba, sino que quise venirme en silencio, que es un poco propio de mí. Yo en mi vida, cuando he ido enfrentando situaciones complejas como que me retiro en silencio. Pero no es algo bueno, porque para que la organización progrese es bueno decir por qué.

Después ellos me convocaron de nuevo y me dijeron que no me habían borrado nunca. Me pusieron ausente nomás de las reuniones, así que regresé y en realidad yo creo que hoy estamos bien. Yo soy la tesorera, manejo la plata y colaboro lo mejor que puedo.

Casi llegando al final de nuestro encuentro y basándote en tu experiencia ¿cuáles consideras que son los tres conceptos fundamentales para ejercer un liderazgo efectivo?

Yo creo que este es una pregunta bastante difícil, pero quiero buscarla en mi mente y creo que un líder o una persona que esté ejerciendo un liderazgo debe tener un sentido muy profundo de lo que es ser correcto, honesto en su actuar, no solo en su decir, porque también se observa que hay muchos líderes que tienen un muy buen vocabulario, pero tienden a ser un poco incorrectos en su proceder.

También creo que hay que ser responsables, porque de repente también uno asume cargos, por ejemplo y no cumple con lo que el cargo requiere. Yo lo veo un poco en el CEM, hay gente que forma parte y que tiene cuatro, cinco o seis inasistencias a las reuniones. ¿Entonces, cómo? Cómo digo yo, tú como difundes como expresas lo que el CEM está haciendo si no hay responsabilidad. Las responsabilidades que implican también salir a terreno a convocar a la gente.

Y en ese punto llego a una tercera condición que es muy importante, que es el ser un agente motivador, que uno vaya con una actitud motivante, que no vea sólo los problemas, sino que sea capaz de transmitir una actitud positiva, asegurar a esa otra persona. Poder decirles mira, yo no tenía idea de esto, de casualidad llegué a esto, pero pude, si yo pude, tú puedes.

Finalmente ¿Cuáles han sido algunos de tus referentes en el ámbito del liderazgo?

Sí, fíjate que me cuesta como distinguir a uno en específico, porque encuentro que en mi vida me he topado con mucha gente que tiene muy buenos liderazgos. Pero el primero que se viene a mi mente es Jorge Díaz, trabajador social que también forma parte del CODISAM.

Jorge tiene muy buenos valores, pero también me ha marcado acá en Valparaíso otro liderazgo. Otra vez voy a llegar a los diáconos, pero me marca Guillermo Asola, que es diácono, me marca porque es rebelde. Asume el rol de decirle a la Iglesia cosas que en realidad nadie se atreve, lo menciona lo hace presente frente a las autoridades.

Y, por último, el otro liderazgo que me encanta y que nunca se lo he dicho a ella, es el liderazgo que tiene la Viviana, directora de Gerópolis, porque yo encuentro que dice las cosas, pero a la vez tiene un estilo tan sencillo que yo hubiera querido tener cuando fui jefa técnica.