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“La clave de un buen gerontólogo está en el proceso de comunicación con el adulto mayor”

6 de Julio 2018

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Señala José Luis Cabezas, gerontólogo y académico de la Universidad de Granada.

"Habilidades del Gerontólogo, desafíos de la formación” fue el título de la tercera cátedra de envejecimiento que realizó el gerontólogo y profesor de la Universidad de Granada José Luis Cabezas, en el marco de su visita académica al Centro Gerópolis de la Universidad de Valparaíso. La actividad se desarrolló en el edificio CIAE UV y contó con la participación de docentes, profesionales, estudiantes y personas mayores.

Adicionalmente, el especialista impartió el seminario “Desafíos para la Gerontología” en el Campus de la Salud UV, dirigido a alumnos de postgrado y profesionales vinculados al trabajo con las personas mayores. Asimismo, llevó a cabo la conferencia “Envejecer con inteligencia emocional: dónde se compra la felicidad que necesitamos para vivir nuestra vejez satisfactoriamente”, convocando a un centenar de personas mayores en el edificio consistorial de la Municipalidad de Valparaíso.

El psicólogo José Luis Cabezas es el primer doctor en Gerontología Social de España. Fue coordinador del Máster en Gerontología Social de la Universidad de Granada durante diez años. Actualmente, es miembro del Equipo de Investigación con Mención de Excelencia en Gerontología y Dependencia, y además participa en diversos proyectos de investigación y desarrollo (I+D) sobre envejecimiento. En el ámbito social, ha sido reconocido con el Premio Escucha 2016 y el Premio Universidad de Granada 2017 por su colaboración a iniciativas solidarias y de voluntariado.

Habilidades de comunicación

José Luis Cabezas plantea que un gerontólogo no solo necesita adquirir conocimiento especializado, sino que también desarrollar habilidades sociales que garanticen el buen trato hacia las personas de edad avanzada, entre las cuales destacan las habilidades de comunicación. “Una de las grandes armas de construcción masiva para el trabajo con las personas mayores es la comunicación. La clave de un buen gerontólogo está en el proceso de comunicación con el adulto mayor", indica el especialista.

Por otro lado, señala que “uno de los datos que más me sorprende es que cuando nos comunicamos, el 93% de nuestro mensaje no se basa en las palabras, sino que en el lenguaje no verbal”. Pequeños gestos tales como un saludo, una sonrisa, mirarle a los ojos mientras conversan o llamarle por su nombre son fundamentales para la interacción entre el profesional y el adulto mayor, explica.

A su vez, agrega que “el ser humano no solamente escucha e interpreta palabras, también ve e interpreta gestos, se comunica con todos los sentidos. El lenguaje no verbal es una forma de expresar el afecto y quizás la parte más importante de estas habilidades de comunicación que todo profesional debería tener competencia”.

Formación en Gerontología

José Luis Cabezas recomienda a los estudiantes interesados en la gerontología que “se enamoren de lo que es el trabajo con las personas mayores y para ello lo primero es probar a través de un voluntariado o iniciativa que considere el trabajo con personas mayores. Hay un refrán en España que dice que nadie se ha emborrachado estudiando en el diccionario la palabra vino, es necesario probarlo”.

Asimismo, el gerontólogo manifiesta que “una vez que se ha comprobado que trabajar con mayores es una de las cosas más bonitas que te puede pasar en la vida, hacen falta dos retos muy importantes. Uno es la formación, no basta con la buena voluntad, necesitamos una formación sólida”. Al respecto, Cabezas enfatiza que las carreras universitarias deben incorporar de forma transversal conocimientos vinculados a la gerontología, para garantizar una atención integral a las personas mayores.

El segundo reto es el entrenamiento en inteligencia emocional, precisa el docente. “De nada nos sirve tener mucho conocimiento si luego no tenemos las habilidades necesarias para comunicarnos con el adulto mayor, empoderar su autoestima y gestionar sus emociones. Por ejemplo, cuando una persona mayor viene con una emoción de enojo, es muy importante saber gestionar esa emoción, conversar con un tono de voz tranquilo, darle tiempo para que se exprese y nos diga lo que siente. Hay que aprender a escuchar”, concluye.